En un estudio, Alexandra Horowitz, profesora de psicología e investigadora de la Universidad de Columbia, grabó a 14 perros en una serie de ensayos y observó cómo reaccionaron cuando sus dueños salieron de la habitación después de instruirle para no comer una golosina.
Mientras los dueño no estaban, A. Horowitz dio a algunos de los perros la golosina prohibida.
Cuando entraron de nuevo, a algunos dueños se les dijo que su perro se había comido la golosina-aúnque no era cierto-, éstos los regañaron y la mayoria exhibieron una “mirada culpable”
A lo que A.Horowitz dice que esto demuestra que el lenguaje corporal de los perros es en realidad una respuesta a la conducta de su dueño, -no una experiencia de vergüenza por una fechoría.
“La ‘mirada culpable’ sería mejor llamada la ‘mirada sumisa,’ como en ‘No castigarme por lo que sea que crees que hice”
¿Por qué entonces, se ven tan avergonzado perros cuando les regañamos?
Esa mirada de culpa,  es probablemente el resultado de una asociación aprendida. Si regaña a su perro por masticar un par de zapatillas o salir de un lío en la alfombra, aprende rápidamente que si se baja la cabeza y mete su cola, la respuesta no deseada – voz elevada y expresión de enojo – es más probable que cese.

¡¡Vaya, vaya una postura muy inteligente!! 🙂

¿Quieres saber más? Te recomiendo que leas “En la Mente de un Perro”, de A.Horowitz

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