La buena convivencia entre perros y gatos, lejos de la creencia o dichos populares, existe!, no obstante, dada las diferencias de ambos, nos parece interesante detallar algunas observaciones para tener en cuenta:

1. Colocar la caja de piedras sanitarias o arena del gato, en el mismo sector del hogar que su comedero y cama. Esa zona debe estar fuera del alcance del perro y, en lo posible, disponer de un sitio en alto para que el felino descanse o se refugie en caso de que surja un conflicto entre ambos.
2. No forzar al gato a que se acerque al perro. Suele ocurrir que necesite jugar a la distancia e inspeccionar de lejos antes de establecer un vínculo de confianza con él. Será el tiempo quien determine una relación pacífica entre ellos.
3. Si el perro reacciona con agresividad frente a las novedades, se tendrá que cuidar al máximo los acercamientos ya que, un excesivo interés y enfado del can, podría ocasionar una mala iniciación en la futura vinculación. Es preferible que la presentación sea de forma breve para que no haya roces. Recordar que el ambiente debe ser agradable para los dos.
4. En el caso de que las mascotas sean adultas, el proceso de adaptación será más largo. Por el contrario, si ambos son cachorros, será más simple crear una relación amistosa.

Fuente:elsecretodelosgatosfelices.com